Caso
Carlos se dio cuenta que tenía que hacer uso de ciertas estrategias para demostrarles que los cursos tradicionales, en los que el instructor es el único a cargo, impedían que los participantes en realidad aprendieran algo que les fuera significativo para ellos en la vida real. A pesar de parecer un poco complicado, Carlos consideraba que no sólo él tenía que hacer uso de estrategias para generar un ambiente de trabajo, sino también los propios participantes debían lograrlo. Él sabía que lo que necesitaban los colaboradores era aprender a aprender, es decir, a tomar decisiones sobre la información que se trabajaría durante la capacitación, para analizarla y transformarla en algo que les fuera útil. Uno de los objetivos de Carlos era que los colaboradores pudieran evaluar su propio conocimiento reconociendo sus capacidades y limitaciones. Además, consideraba importante que los participantes supieran cómo trabajar y manejar los recursos con los que cuentan, para darse cuenta así, que los principales elementos para aprender provienen de ellos mismos. |
Tema
Una estrategia es un procedimiento organizado, formalizado y orientado a la obtención de una meta claramente establecida. Su aplicación en la práctica diaria requiere del perfeccionamiento de procedimientos y de técnicas cuya elección y diseño debe ser detallada. Por lo tanto, la estrategia es un sistema de planificación aplicable a un conjunto articulado de acciones para llegar a una meta.
Las estrategias didácticas enfocadas a la educación o instrucción, son aquellos conjuntos de procedimientos, acciones o instrucciones ordenadas para regular el desarrollo de experiencias de aprendizaje de los estudiantes o participantes es un proceso de instrucción. Son una guía de las acciones que hay que seguir.
La didáctica contempla tanto las estrategias de enseñanza como de aprendizaje.
Estrategias de enseñanza
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Clasificación de las estrategias de aprendizaje
El tema de la categorización de las estrategias ha sido abordado por diversos autores (por ejemplo, Weinstein y Mayer, 1986; González y Tourón, 1992; Beltrán, 1993; Cano, 1994; Pozo, 1990), y en líneas generales existe un cierto acuerdo en diferenciar entre estrategias cognitivas, estrategias metacognitivas y estrategias de apoyo.
Estrategias cognitivas:
Las estrategias cognitivas, son una especie de procedimientos intencionales que permiten al sujeto tomar las decisiones oportunas que hacen referencia a la integración del nuevo material con el conocimiento previo.
Entre estas se incluyen la atención selectiva, la separación de la información relevante de la que no lo es, la comprensión y la utilización del conocimiento previo. Son estrategias que requieren analizar, inferir, sintetizar y conectar la información, es decir, transformarla.
Kirby, Weinstein y Mayer distinguen tres clases de estrategias: estrategias de repetición, de elaboración, y de organización.
Estrategias metacognitivas:
Las estrategias metacognitivas hacen referencia a la planificación, control y evaluación por parte de los estudiantes de su propia cognición. Son un conjunto de estrategias que permiten el conocimiento de los procesos mentales.
El conocimiento metacognitivo requiere consciencia y conocimiento que tiene el sujeto de sí mismo y de sus capacidades y limitaciones cognitivas. En este sentido, puede entenderse la consciencia (conocimiento) metacognitiva como un proceso de utilización de pensamiento reflexivo para desarrollar la consciencia y conocimiento sobre uno mismo, la tarea, y las estrategias en un contexto determinado.
Estrategias de manejo de recursos o de apoyo:
Las estrategias de apoyo son una serie de estrategias que incluyen diferentes tipos de recursos que contribuyen a que la resolución de la tarea se lleve a buen término. Tienen como finalidad sensibilizar al estudiante con lo que va a aprender; y esta sensibilización hacia el aprendizaje integra tres ámbitos: la motivación, las actitudes y el afecto.
Son estrategias que incluyen aspectos claves que condicionan el aprendizaje como por ejemplo el control del tiempo, la organización del ambiente de estudio, el manejo y control del esfuerzo, perseverancia, etcétera.
Este tipo de estrategias, tienen como finalidad mejorar las condiciones materiales y psicológicas en que se produce ese aprendizaje. Podemos distinguir aquellas referidas a las condiciones físicas y ambientales (lugar, tiempo y contexto para el estudio) y las referidas a las condiciones psicológicas (afectivas, motivacionales y actitudinales). Las estrategias de apoyo se relacionan con el ámbito de la motivación, sensibilizando al estudiante con los contenidos y con el control de los recursos no cognitivos que puede manejar para mejorar el rendimiento en las tareas académicas que emprende.
El siguiente cuadro sintetiza la clasificación de las estrategias de aprendizaje sugerida por los autores: Beltrán, Justicia, Weinstein y Pozo.
Aprender a aprender
Si bien las estrategias de aprendizaje le corresponden a los alumnos o participantes, es importante que el docente o instructor, a través de las estrategias de enseñanza, acerque a los estudiantes a ellas, mostrándoles su importancia y el impacto que pueden tener en su aprendizaje y en la aplicación de los conocimientos en su vida real, guiándolos de esta forma a que logren aprender a aprender.
Aprender a aprender implica la capacidad de reflexionar en la forma en que se aprende y actuar en consecuencia, autorregulando el propio proceso de aprendizaje mediante el uso de estrategias flexibles y apropiadas que se transfieren y adaptan a nuevas situaciones.