Para intervenir desde edades tempranas, el paradigma socio-cognitivo-cultural incluye de forma armónica las diversas áreas del conocimiento del curriculum como son: filosófica, psicológica, sociológica y pedagógica.
Cuando se menciona la parte filosófica es porque se considera como atención prioritaria a la persona y la visión integral de la misma.
En cuanto a lo psicológico, se contempla la mejora de la inteligencia a través de la intervención mediada de un adulto, esta se realizará a través del desarrollo de capacidades cognitivas, psicomotoras, de comunicación y afectivas.
El aspecto sociológico, considera a la formación como un elemento que permite a los sujetos construir su propia comunidad de manera justa, solidaria y armónica.
El área pedagógica se encarga de integrar los procesos adecuados, que lleven a los alumnos a la asimilación de capacidades-habilidades, valores-actitudes, así como de los contenidos de los programas académicos.
La figura docente es un elemento clave dentro del paradigma porque responde pedagógicamente con procesos de innovación didáctica y formativa para sus alumnos. El docente debe tener una visión positiva de sus alumnos, creer que estos son capaces de mejorar su inteligencia y alcanzar el aprender a aprender por medio de técnicas adecuadas y con la mediación de él. La mejor muestra del impacto bajo este paradigma es cuando se hace una planeación curricular de aula con una estructura mental diferente en donde la importancia la toman las capacidades-habilidades y valores-actitudes como finalidades y los contenidos-actividades como medios.
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Reflexiona: La próxima vez que estés en tu salón de clases, selecciona a dos alumnos y reconoce los indicadores que aparecen en la escala, de esta manera podrás identificar el momento de desarrollo en el que se encuentran tus alumnos.
"No es mejor maestro el que sabe más, sino el que mejor enseña".